PASTA
1 1/2 tazas de harina integral
125 g de mantequilla en dados
1 cucharada de agua muy fría
1 yema de huevo batida
2 cucharaditas de zumo de limón
RELLENO
30 g de mantequilla
1 cebolla pequeña picada
6 hojas de espinacas, lavadas y troceadas
1/2 cucharadita de nuez moscada molida
1 taza de puré de patatas (300 g de patatas)
1 taza de puré de calabaza (200 g)
2 tomates grandes y firmes cortados en rodajas
1 taza de queso gruyere rallado.
Para preparar la pasta, tamice la harina, pero utilice también las vainas.
Añada la mantequilla y trabaje la masa con los dedos 4 minutos o hasta conseguir una pasta fina y desmigada.
Forme un hueco en el centro y añada el agua, la yema de huevo y el zumo de limón hasta que la mezcla sea consistente y
forme una bola.
Colóquelas en una superficie enharinada y amásela durante 1 minuto.
Cúbrala con film transparente y déjela 30 minutos en la nevera.
Precaliente el horno a 210ºC.
Unte un molde de tarta hondo de 20 cm con un poco de mantequilla derretida o aceite.
Extienda la masa entre 2 láminas de papel encerado, sobre una superficie enharinada y revista con el ella el molde preparado,
procurando no estirarla demasiado.
Recorte la pasta que excesa de los bordes del molde con un cuchillo afilado y deje que se enfríe durante 10 minutos en
el frigorífico.
Cubra la pasta con papel encerado y arroz o legumbres secas.
Hornéela durante 12 minutos, retire el papel y el arroz o las legumbres y hornéela otros 15 minutos o hasta que la pasta
esté cocida y dorada.
Deje que se enfríe unos 5 minutos.
Para preparar el relleno, derrita la mantequilla en una sartén y fría la cebolla a fuego medio 2 minutos.
Añada las espinacas y la nuez moscada, tape y fríalas hasta que las espinacas estén tiernas.
Extienda el puré de patata en la base de la tarta y cúbralo con la mezcla de espinacas, el puré de calabaza, las rodajas
de tomate y el queso.
Hornéelo durante 20 minutos para que se caliente bien, por todas partes.
Sírvalo caliente o frío.
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