INGREDIENTES:

Para la masa:

1/2 kg de harina
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de aceite
1 huevo
Cantidad necesaria de agua

Para el relleno:

2 cebollas picaditas
100 g de manteca
4 tazas de corazones de alcaucil, cocidos y picados
2 cucharadas de hongos secos, remojados y picados
1 taza de queso rallado
5 huevos
Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto

Prepare una masa tierna: una los ingredientes indicados y divídala en 10 ó 12 bollitos.
Coloque los bollos sobre la mesa, tápelos flojamente y déjelos descansar 1 hora.

Relleno: derrita la manteca y rehogue en ella la cebolla. Únale los alcauciles picados, rehogúelos unos segundos y vierta en un bol.
Mézclele los hongos y el queso rallado.
Sazone con sal, pimienta y nuez moscada.
Estire un bollito de masa: primero con el palote y luego en el aire, con las manos (como si hiciera un strudel), hasta que quede finita y transparente como un papel.
Apóyela sobre la boca de un molde profundo y desarmable (de 22 cm) enmantecado y enharinado.
La masa debe quedar como el "parche" de un tambor.
Deje que los bordes cuelguen por los costados.
Rocíe el "parche" con aceite y espolvoree con harina.
Estire del mismo modo otro bollito y apoye lo sobre el "parche" anterior.
Continúe hasta formar 5 ó 6 capas.
Levante los bordes de esta "falso hojaldre", déjelo caer en el molde y fórrelo bien (no recorte los excedentes de masa).
Vuelque en el molde el relleno de alcauciles, hágale cada tanto un hueco y vierta en cada uno de estos espacios un huevo crudo.
Sazone la yema.
Tape el relleno con los bollos de masa restantes estirados finitos y superpuestos al igual que los otros.
Presione los bordes de la torta, recorte el excedente y haga un repulgo.
Rocíe con un hilo de aceite y cocine.